Esta película se estrenó ayer en toda España. Fui a verla hoy. Era como un impulso a causa del trailer que han pasado con profusión en los medios. En todo caso, Amenabar es un muchacho con mucho talento y comprometido con la causa de la Razón y la Verdad. Pueden o no gustarte sus películas pero lo que acabo de decir es innegable y todas ellas están impregnadas de esa búsqueda. Aunque, como nadie es perfecto, declaró en uno de los actos de promoción de la película que “la España de hoy es un invento de Franco…”. Una sandez y una falta de respeto a cuantos dieron lo mejor de sus vidas por las Libertades y el Progreso de España; si bien, la película recién estrenada hace méritos para que lo disculpemos.
Ni soy crítico de cine ni historiador, ni apenas nada. Pero creo de corazón que cualquier española o español de bien debe ver esta película. No importa su edad ni condición, aunque sería especialmente bueno y recomendable que la vieran los más jóvenes, los que no conocieron aquella tragedia (aquella guerra incivil como la definió Unamuno) ni la interminable dictadura que ésta provocó. Jóvenes españoles que, me temo, nadie les habla apenas de todo aquello, ni en la escuela ni en ninguna parte, con un mínimo decoro por la verdad histórica.
Deben saber ellos, sin rencor ni odio alguno, que la IIª República Española fue el primer intento serio de modernización de nuestra vida nacional y de progreso -empezando por la Educación- de las siempre postergadas clases populares de nuestra Patria. Que no mientan. La República era perfectible, faltaría más, pero no la derrocaron -con golpismo, perjurio y traición- porque funcionara mal, sino porque empezaba a funcionar y había que impedir a toda costa que esa esperanza creciera y el Progreso y la Libertad fueran irreversibles en España.
Todavía hoy, las mejores construcciones escolares que hay en España funcionando, desafiando el paso del tiempo y dando ejemplo de belleza arquitectónica, datan de la época de la IIª República. Por “fallos” como éste la asaltaron violentamente hasta destruirla militares que jamás defendieron a España de agresión exterior alguna sino que fueron el brazo represivo de una minoría tan poderosa como estéril contra una mayoría secularmente desposeída y postrada en la ignorancia.
Sirva esta película, y tantas otras que debieran hacerse, para que en España nunca más, nunca más, la bárbara pasión por la muerte que sentía Millán Astray o la sibilina crueldad de Franco, o el egoismo de unas élites sin amor alguno por sus compatriotas y conciudadanos más humildes, no provoque enfrentamientos fratricidas entre nosotros. Por el contrario, que nuestra convivencia y nuestra paz civil no alumbre más que productos humanos, morales e intelectuales como nuestro Don Miguel de Unamuno, tomado como símbolo de la mejor España, la que pronunciamos y sentimos con todos los nombres, apellidos y lenguas que nos son propias.
*ExSecretario General USO. Afiliado al PSC.
(28 de Septiembre 2019)