Los Llarena, Marchena y demás jueces campeadores y superpolitizados acabados en ena, van camino de dañar gravemente los intereses generales de España como nación y como sociedad ante la Unión Europea
En la Unión Europea no estamos sólo para poner el cazo y que nos lo llenen para hacer autopistas y repartir subsidios agrícolas.
Estar en la Unión Europea es asumir sus principios y valores, su entramado institucional, el valor y la defensa suprema de los derechos humanos, sus instancias judiciales, la soberanía de su Parlamento, la separación efectiva de poderes y la radical despolitización y apartidismo del judicial.
Nuestros jueces campeadores, tan populares ellos, no pueden declararse en rebeldía ante los Tribunales de la Unión Europea o pasarse por el forro sus resoluciones y las del Parlamento Europeo. No pueden hacerlo sin riesgo de provocar un conflicto de alcance incalculable y grave para España, o de quebrantar gravemente el prestigio nacional y democrático de nuestro país en el concierto político e institucional europeo.
Pero es que, además, los campeadores nos adentran en el terreno de lo ridículo y surrealista: dos prófugos de la justicia española son eurodiputados en plenitud de derechos y alguien que nunca eludió a esa justicia -Junqueras- está inhabilitado e impedido de ir al Parlamento Europeo pese a que éste lo acreditó plenamente y es vicepresidente de uno de los grupos parlamentarios.
¿Alguien pretende que España sea codificada en la Unión como Polonia o Hungría, sometidas a gobiernos antieuropeos y prefascistas?
La pregunta es pertinente porque si alguien desde España pretende ciscarse en la Unión, lo más probable es que ésta pretenda ciscarse en España.
Estamos ante cuestiones muy transcendentes, muy por encima de la miserable refriega cotidiana. Ya sé que hay acémilas ultranacionalistas que en este tema de España en Europa vienen a plantear aquello de “más vale morir que perder la vida…”
Pues que tenga muy en cuenta todo el mundo, acémilas patrioteros incluidos, que en el actual contexto geopolítico internacional no hay la menor posibilidad de subsistencia ni para España ni para ningún otro país de la Unión fuera de ésta o por su disolución. Ninguna para ninguno; ni siquiera para el Reino Unido de ese siniestro embustero del “brexit”. Ya lo verán.
*ExSecretario General de la USO. Afiliado al PSC.
(9 de Enero 2020)
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